Genética Cultural
martes, 21 de febrero de 2012
Ideas heredadas
Cada uno hereda pautas culturales, y hasta hábitos culturales, y resulta fundamentalmente importante revisarlos impiadosamente.
La vergonzosa herencia
Los occidentales dicen: “todo el mundo se ha comportado igual siempre”; todas las culturas fueron ambiciosas y guerreras.
Esta idea se transmite desde la más tierna infancia.
También se impone la falsa idea de 'progreso'; civilización es tecnología y sus “valores”.
Ambas son falsas y altamente psicotóxicas para las frágiles mentes de los niños.
Y no sólo para ellos, también son “enfermantes” para los mayores que las han interiorizado como forma de vida y las repiten como loros. Se agarran a ellas como auténticos tarados pues justifican su pasividad, hasta el punto de sentirse incómodos y de negar los hechos que las cuestionan.
Las dos mentiras justifican la visión miope y aberrante del mundo exterior e interior que necesitan inculcar en la gente los psicópatas poderosos para seguir siéndolo.
Para tarar a los niños es preciso romper la solidaridad no solo falsificando la historia de la ciencia y las civilizaciones, sino también la de la biología misma.
Implantándoles desde la infancia la idea de que la evolución se ha realizado por la competencia y no por la cooperación, como de hecho ha sucedido.
Reforzar la idea elitista de la selección natural de “los más aptos” y de su triunfo sobre las “razas desfavorecidas”, justificándose así toda clase de genocidios.
Mediante el adiestramiento denominado fraudulentamente “educación” se prepara a los niños para que acepten como “natural” un mundo cada vez más enfermizo, desigual e inaceptable.
Develar estas mentiras es esencial para construir otro mundo donde impere el respeto.
Esta idea se transmite desde la más tierna infancia.
También se impone la falsa idea de 'progreso'; civilización es tecnología y sus “valores”.
Ambas son falsas y altamente psicotóxicas para las frágiles mentes de los niños.
Y no sólo para ellos, también son “enfermantes” para los mayores que las han interiorizado como forma de vida y las repiten como loros. Se agarran a ellas como auténticos tarados pues justifican su pasividad, hasta el punto de sentirse incómodos y de negar los hechos que las cuestionan.
Las dos mentiras justifican la visión miope y aberrante del mundo exterior e interior que necesitan inculcar en la gente los psicópatas poderosos para seguir siéndolo.
Para tarar a los niños es preciso romper la solidaridad no solo falsificando la historia de la ciencia y las civilizaciones, sino también la de la biología misma.
Implantándoles desde la infancia la idea de que la evolución se ha realizado por la competencia y no por la cooperación, como de hecho ha sucedido.
Reforzar la idea elitista de la selección natural de “los más aptos” y de su triunfo sobre las “razas desfavorecidas”, justificándose así toda clase de genocidios.
Mediante el adiestramiento denominado fraudulentamente “educación” se prepara a los niños para que acepten como “natural” un mundo cada vez más enfermizo, desigual e inaceptable.
Develar estas mentiras es esencial para construir otro mundo donde impere el respeto.
Controlar y sublimar los instintos
Controlar y sublimar los instintos; eso nos hace "humanos".
No somos diferentes porque rogamos o alabamos; somos diferentes porque podemos autosuperarnos.
No somos diferentes porque rogamos o alabamos; somos diferentes porque podemos autosuperarnos.
lunes, 13 de febrero de 2012
Herencia
Se hereda la manera del ver el mundo, los objetivos, los prejuicios, los miedos.
Parece que los juntamos del ambiente, pero está comprobado que niños que nunca en su vida vieron a alguno de sus padres tienen sin embargo rasgos de conducta y de apreciación de ese padre desconocido.
Pero de hecho se hereda de dos padres y los rasgos que a la genética se le antojan.
De modo que el desarrollo de conductas, para bien o para mal, pueden ser extensivas y recurrentes de un individuo a su descendencia.
Parece que los juntamos del ambiente, pero está comprobado que niños que nunca en su vida vieron a alguno de sus padres tienen sin embargo rasgos de conducta y de apreciación de ese padre desconocido.
Pero de hecho se hereda de dos padres y los rasgos que a la genética se le antojan.
De modo que el desarrollo de conductas, para bien o para mal, pueden ser extensivas y recurrentes de un individuo a su descendencia.
sábado, 14 de enero de 2012
Los talentos
Forcemos la realización de nuestros talentos; eso es lo único propio que tenemos.
Los talentos son la mayor riqueza que tenemos, y nunca se pierden.
Los talentos son la mayor riqueza que tenemos, y nunca se pierden.
Se heredan disposiciones
La Genética Cultural tiene por finalidad el estudio de la herencia biológica de las ideas principales -principios y fundamentos de la personalidad-.
A pesar de las negativas habituales del comienzo de esta ciencia, heredamos mucho más que los rasgos físicos. Heredamos disposiciones, conductas, maneras de hacer las cosas, actitudes...Nos resulta fácil hacer aquello que nuestros antepasados han hecho -aprender idiomas, hacer repulgue de empanadas, coser ropa, etc.- y nos resulta muy difícil, casi imposible, hacer lo que ellos no han hecho. Aún así, la herencia es selectiva, como es bien sabido. Podemos tener antepasados hábiles en ciertas cosas que jamás vamos a poder hacer.
Tal vez sea cierto que el ambiente "alienta o desalienta nuestros genes" y mediante el aprendizaje es posible desarrollar destrezas a las que nunca tuvieron acceso nuestros padres.
De todas maneras la herencia cultural no es siempre tan lineal, aún así es imposible destacar en alguna habilidad que no hayan tenido nuestros ancestros: ganarse la vida, cultivar, domar potros, nadar, estudiar, fundir metales, entender el movimiento de los astros, aprender idiomas, navegar, negociar, liderar, gobernar, dibujar, pintar, conducir.
También son heredables la terquedad, la perseverancia, la paciencia, la iracundia, el bajo nivel intelectual, la ternura, la lealtad, la sinceridad, la humildad o la soberbia, la resistencia emocional o la extrema sensibilidad. Si se hereda el temor, también se hereda el coraje. Si se hereda la comprensión, también se hereda la falta de indulgencia. Se hereda la ambición y la negligencia. La prolijidad y la negligencia.
A pesar de las negativas habituales del comienzo de esta ciencia, heredamos mucho más que los rasgos físicos. Heredamos disposiciones, conductas, maneras de hacer las cosas, actitudes...Nos resulta fácil hacer aquello que nuestros antepasados han hecho -aprender idiomas, hacer repulgue de empanadas, coser ropa, etc.- y nos resulta muy difícil, casi imposible, hacer lo que ellos no han hecho. Aún así, la herencia es selectiva, como es bien sabido. Podemos tener antepasados hábiles en ciertas cosas que jamás vamos a poder hacer.
Tal vez sea cierto que el ambiente "alienta o desalienta nuestros genes" y mediante el aprendizaje es posible desarrollar destrezas a las que nunca tuvieron acceso nuestros padres.
De todas maneras la herencia cultural no es siempre tan lineal, aún así es imposible destacar en alguna habilidad que no hayan tenido nuestros ancestros: ganarse la vida, cultivar, domar potros, nadar, estudiar, fundir metales, entender el movimiento de los astros, aprender idiomas, navegar, negociar, liderar, gobernar, dibujar, pintar, conducir.
También son heredables la terquedad, la perseverancia, la paciencia, la iracundia, el bajo nivel intelectual, la ternura, la lealtad, la sinceridad, la humildad o la soberbia, la resistencia emocional o la extrema sensibilidad. Si se hereda el temor, también se hereda el coraje. Si se hereda la comprensión, también se hereda la falta de indulgencia. Se hereda la ambición y la negligencia. La prolijidad y la negligencia.
lunes, 28 de noviembre de 2011
La cultura y el instinto
La maldad no se debe tolerar ni justificar
El humano tiene instintos, a los que responde a través de sus pautas culturales.
La cultura modela el instinto, pero ¡cuidado!, que en muchos casos sólo refuerza y disfraza al instinto.
Los más 'cultos' pueden ser los peores si la cultura -incorporada o de pertenencia- es dañina.
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