La Genética Cultural tiene por finalidad el estudio de la herencia biológica de las ideas principales -principios y fundamentos de la personalidad-.
A pesar de las negativas habituales del comienzo de esta ciencia, heredamos mucho más que los rasgos físicos. Heredamos disposiciones, conductas, maneras de hacer las cosas, actitudes...Nos resulta fácil hacer aquello que nuestros antepasados han hecho -aprender idiomas, hacer repulgue de empanadas, coser ropa, etc.- y nos resulta muy difícil, casi imposible, hacer lo que ellos no han hecho. Aún así, la herencia es selectiva, como es bien sabido. Podemos tener antepasados hábiles en ciertas cosas que jamás vamos a poder hacer.
Tal vez sea cierto que el ambiente "alienta o desalienta nuestros genes" y mediante el aprendizaje es posible desarrollar destrezas a las que nunca tuvieron acceso nuestros padres.
De todas maneras la herencia cultural no es siempre tan lineal, aún así es imposible destacar en alguna habilidad que no hayan tenido nuestros ancestros: ganarse la vida, cultivar, domar potros, nadar, estudiar, fundir metales, entender el movimiento de los astros, aprender idiomas, navegar, negociar, liderar, gobernar, dibujar, pintar, conducir.
También son heredables la terquedad, la perseverancia, la paciencia, la iracundia, el bajo nivel intelectual, la ternura, la lealtad, la sinceridad, la humildad o la soberbia, la resistencia emocional o la extrema sensibilidad. Si se hereda el temor, también se hereda el coraje. Si se hereda la comprensión, también se hereda la falta de indulgencia. Se hereda la ambición y la negligencia. La prolijidad y la negligencia.
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